¿Qué significa presencia de grupos armados ilegales en Bogotá y C/marca?

Esta semana la Defensoría del Pueblo emitió una alerta temprana en la que advierte sobre la presencia de grupos al margen de la ley en Bogotá y Cundinamarca. Este escenario abrió el debate sobre cómo va la capital y sus alrededores en materia de seguridad y la relación que tienen estos grupos con la delincuencia común que se presenta en el centro del país.

La respuesta del Gobernador de Cundinamarca, Nicolás García, a la alerta temprana desmintiendo rotundamente la presencia de grupos al margen de la ley en el departamento, abrió un debate sobre lo que está pasando realmente con esos actores armados en el centro del país.

En su alerta temprana, la Defensoría advierte que el escenario de riesgo se caracteriza por conformar 4 nodos que articulan 2 corredores de movilidad: el corredor oriental, desde la localidad de Usme hasta Usaquén, conectando con las dinámicas de Chipaque, Ubaque, Choachí, La Calera, Guasca y Sopó.

Así como el corredor occidental, desde el municipio de Sibaté hasta Chía, atravesando zonas urbanas del municipio de Soacha como las comunas 3 La Despensa, 4 Cazucá y 5 San Mateo, así como por las localidades de Bogotá: Ciudad Bolívar, Bosa, Kennedy, Fontibón, Engativá y Suba.

La entidad señaló que estos dos corredores de movilidad son “utilizados por grupos armados ilegales para dinamizar economías ilegales, entre otras fuentes de financiación, a partir de la comisión de delitos de alto impacto que afectan las comunidades que se asientan en estos territorios”.

En esos corredores de movilidad es donde se encuentra el verdadero problema. Según explicó a COLPRENSA Ricardo Arias, defensor delegado de prevención al Riesgo y Sistema de Alertas tempranas de la Defensoría del pueblo, los grupos al margen de la ley sí se disputan estos territorios, no obstante, no necesariamente hacen presencia de manera permanente en las zonas mencionadas. Así mismo, se habla de pequeñas estructuras de estos grupos, que operan a través de terceros.

“Nosotros no estamos diciendo que haya grupos armados organizados en los 12 municipios de Cundinamarca, lo que sí advertimos en la alerta es que existen corredores. Esa es la médula de la alerta. Está el corredor occidental que va desde Ciudad Bolívar a Suba, como el oriental que va desde Usme a Usaquén. Cuando se lee la alerta con integralidad (es un documento de 85 páginas), no se puede desprender lo que sucede de las localidades que están en ese corredor y los municipios que son vecinos a estas localidades”.

Arias advirtió que, “lo que decimos en la alerta es que estos son corredores de tránsito y que en esos corredores se están llevando a cabo disputas por el control territorial. En el occidente por parte de grupos armados de crimen organizado que responden a Autodefensas Gaitanistas y en occidente que, que ha sido un corredor que viene de muchos años atrás, con interés de Grupos Armados Organizados como el ELN y las Farc”.

La Defensoría advierte que hay células urbanas que se desplazan y facilitan la movilidad de estos grupos armados en Bogotá y Cundinamarca. “La estructura como tal puede que no esté en los municipios mencionados, pero si hay células urbanas, que han permeado diferentes localidades y barrios, que obedecen según sus patrones y comportamientos a unas estructuras más amplias… Los grupos no están de manera permanente, pero hay un tránsito en estos corredores”.

El funcionario de la Defensoría también explicó que esta alerta temprana es una alerta estructural, que se realizó en once meses de estudio y reúne lo que se había emitido en las seis alertas anteriores.

Ahora bien, el ejemplo más claro sobre las advertencias que ha emitido la Defensoría, es lo sucedido esta semana cuando las autoridades incautaron a los alrededores de Corabastos, explosivos que pertenecerían al frente 10 de las Farc.

“La defensoría del pueblo identificó que el frente décimo de las Farc tenía presencia en esos corredores, en este caso en el corredor de occidente, en la alerta 039 del 2020, para los municipios de Sibaté y Soacha, dijimos que la estructura decima de las Farc estaba usando esos corredores de movilidad. Esto no es casualidad”, dijo Arias.

Para la defensoría estas alertas deben ser una oportunidad para prevenir que estos temas no escalen.

Lo que sigue en este momento es la revisión de esta alerta por parte de las autoridades, “lo que queremos es que se comprenda la naturaleza de esta alerta. Se realizará un informe de seguimiento que explicará cómo ha evolucionado el estado de riesgo”, puntualizó Ricardo Arias.

Por otro lado, la información que tiene la inteligencia de Policía de Bogotá es que, “no se ha establecido la presencia de grupos armados en Bogotá, no hay frentes. Lo que ha sucedido es que había comisiones o temas de subcontratación criminal para la comisión de hechos vandálicos, como lo que pasó en la General Santander, que fue una comisión de Arauca que cometió el atentado terrorista, pero la presencia como tal no está”, aseguró una fuente de inteligencia.

Para Juan Carlos Ruiz, profesor de la Universidad del Rosario experto en crimen urbano y seguridad ciudadana, sí existen grupos al margen de la ley en Bogotá desde hace muchos años, pero en su percepción, los alcaldes y en general la fuerza pública se resisten a reconocerlo.

“En Bogotá hay fuertes indicios de que hay crimen organizado. Creo que la actitud de la Alcaldía de decir que Bogotá es un caso aparte no tiene sentido. Acá hay células urbanas, los grupos que están acá no son mínimos… Si hay células, pues hay presencia de los grupos armados, no es una presencia mínima e inocua, sino que verdaderamente Bogotá para ellos representa el centro del país en toma de decisiones”.

Para Ruiz, la relación de estos grupos con bandas criminales es estrecha. “Decir que son células las que permanecen en la ciudad, no creo que le quite la gravedad a la cuestión”.

En cuanto al tema de la relación de los grupos al margen de la ley con los actos de vandalismo, Ruiz aseguró que, “es posible, dentro del paro hay muchos sectores muy diferentes, los que dicen ser líderes del paro no representan a los que están en las calles y yo no descartaría que haya presencia o interferencia de grupos armados ilegales en este contexto… La protesta no es solo eso, pero no hay que descartar que esto pueda estar sucediendo”, dijo el profesor.

Así mismo, el experto aseguró que, “el atentado de la Escuela General Santander, hecha por el ELN, demuestra que tienen su asiento en la ciudad, tienen la posibilidad de cometer un atentado de esa envergadura y de esa magnitud… Tenemos bandas criminales en Bogotá que tienen relación muy estrecha con esos grupos criminales armados, tratar de mostrar que Bogotá es una burbuja es contraproducente, porque es demostrar una falsa tranquilidad”, puntualizó el docente.

Entre tanto, Kyle Johnson, cofundador e investigador de la Fundación Conflict Responses (Core), aseguró a este medio a que el fenómeno que se está presentando en este momento en el centro del país, es la tercerización y subcontratación de estos grupos armados a bandas criminales.

“Hemos visto que la disidencia del frente décimo de las Farc estaba tratando de operar en Bogotá y subcontrataba gente. No operaba directamente… En Sumapaz, hay fuentes confiables que nos dicen que hay una comisión de la ‘Segunda Marquetalia’ de las Farc”, dijo Johnson.

Así mismo, el investigador aseguró que en el año 2019 se presentó una subcontratación para realizar hechos de violencia. “Estos grupos locales les pagaban a bandas para que quemaran un bus en Bogotá, había retenes ilegales alrededor de Bogotá y todo eso estaba contratado por el frente décimo de las Farc, también supimos del asesinato de dos policías en Soacha que fueron ordenados por estos grupos ilegales”.

No obstante, para Johnson, la presencia de los grupos armados en Bogotá y Cundinamarca no es permanente, sino que los grupos usan estas zonas como tránsito en donde confluyen los delitos, “Hay redes de tráfico que pasan por todas las ciudades grandes, Medellín, Cali, Bogotá, la Costa… eso hace parte de la movilidad, pero no necesariamente implica que estos grupos estén operando en esas zonas”.

En relación a las protestas que se desarrollan en el país Johnson aseguró que él descarta que haya influencia de estos grupos en los actos de vandalismo y afirmar lo contrario solo es tratar de deslegitimar las manifestaciones. “El ELN en este momento no tiene presencia en Bogotá como para afirmar que ellos están detrás de esto… En las protestas del año pasado, del 9 de septiembre, el Gobierno dijo que el ELN estaba detrás, pero lo investigamos y todo esto es falso… Intentan deslegitimizar la protesta y explicar la violencia que se está presentando”, aseveró para finalizar Johnson.

Fuente de información, texto y fotografía Caracol Radio

 

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